Los "valores familiares" pueden ser muy rentables para los inversionistas
La mayoría de los estudios sugieren que las empresas familiares listadas en bolsa tienen un desempeño superior a la media del mercado. Y hay buenas razones para ello.
- T+
- T-
En los últimos meses hemos pasado un largo tiempo con nuestras familias. Algunos probablemente quieran un descanso, pero otros pueden estar buscando ideas de cosas para seguir haciendo juntos. Y si el aburrimiento conduce a la innovación, podríamos ver una explosión de nuevas empresas familiares. Y no serán las primeras.
En Reino Unido, las empresas familiares representan alrededor de 70% del PIB. Dicho esto, probablemente muchas de estas aventuras fracasarán. Alrededor de 70% de las empresas familiares desaparecen mucho antes de que los hermanos comiencen a discutir sobre quién heredará el mando.
Sin embargo, también existe la posibilidad de que se conviertan en algo especial. Es cosa de mirar la lista de empresas transadas en bolsa. Alrededor de 20% del índice MSCI All Country World (ACWI, sigla en inglés) está compuesto por compañías que tienen participación familiar, en el sentido de que una familia posee 30% o más de los derechos de voto. Y si bajamos la exigencia a 20% y encontraremos que en Europa alrededor de 40% de las empresas con ventas por más de US$ 1.000 millones son empresas familiares. Es el caso de nombres como Hermès, H&M, Schroders, L'Oréal, Estée Lauder y Roche. Y los ejemplos no solo son abundantes, sino también buenos.
Desempeño superior
Casi todos los estudios sugieren que las empresas familiares listadas en bolsa tienen un rendimiento superior a la media del mercado. Credit Suisse elaboró un informe en 2018 que concluyó que desde 2006 el rendimiento anual de las empresas familiares ha sido 4% superior. Estudios de UBS muestran una dinámica similar entre empresas de capitalización media en particular y otro de Hargreaves Lansdown reconoce que la "propiedad interna" de incluso 5% marca una diferencia en el desempeño de las empresas más pequeñas.
Finalmente, un nuevo reporte de Pictet nos da algunas estadísticas recientes para agregar a la evidencia. Al examinar lo que definieron como empresas familiares (buena liquidez diaria, propiedad familiar de 30% de los derechos de voto y, en el caso de empresas de mercados emergentes, una capitalización mínima de US$ 10 mil millones) encontraron que las empresas familiares superaron al mercado global en 46% entre 2007 y 2019.
Nadie ha podido dar una explicación clara para esto. No se puede argumentar, por ejemplo, que las empresas familiares están más expuestas a sectores que han tenido desempeños superiores, como la tecnología. No lo están. Esto lleva a la idea de que la participación familiar en sí misma produce un rendimiento superior. ¿Pero cómo?
Se trata, en parte, de "jugarse el pellejo". Es obvio que si uno está personalmente involucrado en algo, el incentivo es al menos a mantener el valor de esa participación.
Pero es más que eso. Los intentos por replicar ese sentido de propiedad introduciendo valiosos paquetes de opciones de acciones en las billeteras de los directores ejecutivos no fundadores no han tenido gran éxito en crear valor corporativo a largo plazo.
El peso del apellido
La diferencia puede ser que los propietarios de familias se preocupan de un tipo diferente de riqueza: una riqueza social que se refleja en la forma en que su reputación y estatus están vinculados a sus empresas. Un ejecutivo promedio también puede tener un sentido del valor ligado a su trabajo. Pero más en el sentido de sentirse importantes y enriquecerse agradablemente en cualquier empresa antigua, en lugar de una empresa en particular.
Las empresas familiares a menudo muestran un mayor sentido de responsabilidad social corporativa y administración de largo plazo que otras. Esto, plantea el argumento, proporciona un enfoque hacia el crecimiento, pero de manera responsable, con mucha I + D, bajo apalancamiento y dividendos más bajos. Para asegurarse de que sus pagos sean sostenibles a largo plazo, las empresas familiares reinvierten el dinero que otras gastan para que sus directores ejecutivos se solacen en la adoración temporal de sus accionistas. Su visión a largo plazo se extiende más allá de su próximo período de reparto de opciones.
Todo esto da como resultado un sesgo hacia la calidad y el crecimiento que tal vez explique por qué estas empresas se recuperaron tan bien de la crisis de 2008. Y también por eso quizás deberíamos mirarlas ahora, cuando nos están recordando firmemente que lo primero que debemos buscar en nuestras inversiones es su capacidad para capear una crisis.
Este no es un sector perfecto: hay que tener cuidado con la mala gobernanza bajo la forma de nepotismo, propiedad desenfocada (demasiados propietarios familiares son tan malos como no tener propietarios familiares), luchas de sucesión (el paso a la segunda generación es un momento crítico) o, en algunos casos, la confusión entre lo que pertenece a la familia y lo que es parte de la empresa. Aun así, si vas a poner dinero en alguna parte, hay que tener en cuenta la palabra de moda de inversión este año -"resiliencia"- y las empresas familiares pueden encajar perfectamente.
Alternativas en el mercado
Pictet, que es ella misma una empresa familiar, actualmente está levantando interés por su aún pequeño Pictet Family Fund. De ahí su investigación. Es global, diversificado en todos los sectores, concentrado (con alrededor de 50 posiciones) y centrado en gobernanza, para evitar los problemas que mencionamos anteriormente.
Lo único de lo que uno podría tener que preocuparse son las valoraciones. La cartera de Pictet tiene una desalentadora relación precio / beneficio promedio a plazo de 28,5 veces, que es muy costosa incluso para los estándares actuales, y un rendimiento de solo 1,04%, que es maní, considerando que puedes obtener 2,5% en Japón. Sin embargo, ellos creen que vale la pena pagar por los bajos niveles de deuda, el rendimiento significativamente mayor del capital y las mayores previsiones de crecimiento en el grupo. Si se considera esto último se obtiene una relación precio / crecimiento de 1,7x para la cartera de Pictet contra 3,06x para el índice global.
Si eso no te convence, puedes considerar fondos que, aunque no están diseñados para invertir en empresas familiares, sí están interesados en ellas. AVI tiene un fondo (lamentablemente con una inversión mínima de 100.000 euros) que se especializa en empresas familiares infravaloradas. O quizás te podría interesar más el Global Trust de AVI: las principales posiciones incluyen varias empresas familiares.
En una nota ligeramente diferente, para una ventanilla única de inversión con características familiares podrías considerar algunos de los fideicomisos de inversión que tienen grandes participaciones familiares. Yo tengo acciones en Caledonia (el vehículo de inversión de la familia Cayzer) y RIT (los Rothchild). Brunner Investment Trust y Majedie Investments también valen la pena. Supongo que todos ellos seguirán existiendo mucho después de que nuestros pequeños emprendimientos familiares de la época de las cuarentenas hayan sido olvidados.
* Merryn Somerset Webb es editora en jefe de MoneyWeek. Sus opiniones son personales. merryn@ft.com. Twitter: @MerrynSW